Hace poco he descubierto las tintas.
Yo que he sido durante años firme defensora del uso único de la nogalina, que para qué más… y si quieres color, usa acuarela o gouache.
Sin embargo, volví al mundo de la pluma estilográfica. No la tocaba desde que acabé la carrera, que la estudié escribiendo con pluma, con un color turquesa chulísimo.
Pero a una pluma estilográfica no la puedes cargar con nogalina, ni con acuarela, ni con gouache. Al principio quería dibujar con la pluma estilográfica para luego pintar con acuarela encima. Para esto necesitaba una tinta indeleble y descubrí la tinta SketchInk de Rohrer & Klingner. Una maravilla.
Pero descubrí una maravilla mayor, y es que hay tintas, pensadas para plumas estilográficas, que tienen brillo en suspensión (shimmer) y además reflejos al secar (sheen). Una locura, como otra cualquiera.
Y aunque empecé a usar esas tintas para las estilográficas, tardé poco en querer sumergir una plumilla o una luthis en esos tinteros.
El problema llegó cuando vi que el brillo en suspensión precipitaba en el fondo enseguida. Por lo que era necesario hacer que suba si quiero pillar brillo al untar la pluma.
Al principio cerraba tintero, agitaba y volvía a abrir. Al tercer goterón en la mesa (sin contar con las manos de colorines) concluí que lo mejor era intentar girar sin cerrarlo…
Y con todos estos problemas en la cabeza (y en la mesa) estaba cuando llega Ferris Wheel Press y lanza esta idea, que no puede ser más limpia, elegante y efectiva.
Han creado un crowfunding (= micromecenazgos, por si no lo habías oído) para evaluar si la idea es realmente buena. Una especie de preventa. Sólo lo fabricarán si ven que interesa de verdad (= a un número rentable de personas).
Y yo te lo cuento por si te resulta interesante. Porque cuantos más mostremos interés, más cerca estaremos de que en verdad lo fabriquen. Así que pincha aquí para no perder nada de información sobre el crowfunding de esta maravilla de tintero.
Que no sea por no contártelo.