Siempre he sido de llevar una libretita encima, en la mochila, en el bolso, para así apuntar cualquier cosa.
Pues ahora, mi cuadernito de siempre, mi libreta… tiene un nuevo nombre. Y se llama Bullet Journal.
No pretendo explicar la teoría de qué es el bullet journal. Ni dar una definición exhaustiva, detallada y objetiva. Eso ya lo hace su «inventor» Ryder Carroll en su web. Puesto que esto es mi blog, contaré qué es, para mí, el Bullet Journal.
Sin criterio al apuntar.
Yo antes en mi libretita, podía apuntar una peli para ver. Una receta por probar. Una buena frase. Una tarea que si no la apunto, la despisto y no debería. Un dibujo que me apetece hacer. Un boceto rápido de una palabra caligrafiada. Un felicidades para regalar. La lista de la compra. El horario de esta tarde que si no me despisto. Cosas para hacer estas vacaciones. Planes para hacer algún día. Apuntar una super idea, que como no la cace yo ahora en mi cuadernito, se va a ir a ocurrírsele a otro…
Sin una libreta en concreto.
He tenido libretas de paperblanck (tienen portadas muy chulas). Hechas a mano usando papel enviado por mí. De las compradas vete tú a saber dónde y vete tú a saber cuándo. De las de propaganda de un banco. Todo vale. Mientras quepa en el bolso y tenga hojas en blanco.
Neologismos
Y como casi todo últimamente, ahora hay una moda que lo pauta, y un neologismo que lo designa.
Está el running para el salir a correr.
El crossfit, los hiit, para las tablas de ejercicios.
El lettering para los que piensan en caligrafía. Aunque, en este caso, ni siquiera es lo mismo.
El Zentangle®, además patentado. Antes era para sobre llevar el aburrimiento en las reuniones. Ahora es terapéutico.

Storytelling, copywriting… ¿cuántos más se te ocurren?
No tengo yo nada en contra de todo esto. ¡Que conste!
Es más. En algunos casos, es digno de agradecer que haya quien lo haya dado forma, con unas normas y unos criterios. Vamos, que incluso me surge eso de ¿y por qué no se me ha ocurrido a mí?
El Bullet Journal: a lo que yo quería llegar.
Ocurre que mis libretas, esas que siempre he llevado encima, ahora tienen otra pinta.
Mi libreta convertida ya bulletjournal
Me sirven para lo mismo que ya hacía, pero elevado un estadio más. Ahora también sirve para mejorar mi productividad.
Uso menos colores, less is more, pero escribo y pinto más.

Casi casi perfecto
Ha habido algo a lo que no ha llegado el Bullet Journal. No ha podido sustituir a mi cuadernito de bocetos. Pensé que sí, pero no ha podido ser. En este blog tengo una categoría histórica que llamé «cuadernito», para así clasificar las publicaciones de trabajos que realizaba en él. Es decir, trabajos que habría hecho en cualquier sitio en cualquier momento en mi cuadernito… Y aunque es verdad que el inaugurar una semana en el Bullet Journal me da una hoja en blanco para crear un buen diseño con letras. No me sirve para crear un boceto de algún pedido, o hacer pruebas de textos o monogramas para llevar luego a Calimorfismos3D.

Bujo
Aún así, estoy más que feliz por haber entrado en este nuevo mundo.
Ahora mi libreta de siempre, se llama bullet journal, BulletJournal. O incluso BuJo.
Y mola que no te lo puedes ni imaginar.
En la segunda parte os cuento como llegó el Bullet Journal a mi vida.